A ver si nos aclaramos. Don Pedro de Orleans-Braganza y Dobrzensky de Dobrzenicz, más conocido en España como don Pedriño, no era el legítimo sucesor al Trono Imperial del Brasil por mucho que se empeñase Su Augusta Persona. No, debido a que su padre, don Pedro de Orleans y Braganza, contrae matrimonio en París con la condesa checa doña Elisabeth Dobrzensky de Dobrzenicz, de ilustre pero no real familia bohemia.
La Emperatriz Isabel, disgutada por el matrimonio desigual de su primogénito varón, le obligó a renunciar a los derechos dinásticos y sucesorios, y don Pedro de Alcántara, padre de don Pedriño, dijo que amén. Desde entonces, su rama, los Orleans-Braganza Dobrzensky de Dobrzenicz, están apartados de la línea sucesoria brasileña.
La línea sucesoria de los Emperadores del Brasil continúa por don Luis Felipe de Orleans y Braganza, siguiente varón a don Pedro de Alcántara y tío carnal de nuestro don Pedriño, quien casó con doña María Pía de Borbón-Dos Sicilias y con la que tuvo tres hijos. El mayor, Pedro Enrique de Orleans-Braganza y Borbón-Dos Sicilias, heredó de su padre los derechos sucesorios casándose a su vez con la princesa María Isabel de Baviera (Wittelsbach). Don Pedro Enrique murió en 1981. Le sucedió su hijo mayor don Luis Gastón de Orleans-Braganza y Baviera, Luis I a la sazón, ya mayor y soltero sin descendencia. Apoyado por la organización conservadora TPF (Tradición, Familia y Patria), tiene en su hermano don Bertrand a su legítimo sucesor, y después de éste, también soltero sin hijos, viene don Antonio de Orleans-Braganza y Baviera, casado con una princesa de Ligne, casa principesca belga no soberana, y con sucesión (cuatro hijos, Pedro Luis, Rafael, Amelia y María Gabriela).